viernes, 29 de abril de 2011

Sentimientos pasados.-

Cuando cortó el teléfono fue como si electricidad hubiera traspasado todo ese enredado cable y se le hubiera subido desde la punta de los dedos, pasando por el brazo hasta su hombro... y luego a los ojos para así romper a llorar. No lo esperaba. Jamás lo espero. Incluso cuando ese día había sido el mas doloroso de si vida. ¿Cómo es que un hombre que te ha prometido tanto puede romper todas sus promesas en tan solo una cuenta regresiva?. No tuvo a quien recurrir. No había nadie. El había sido siempre lo único a lo que con certeza ella se podía aferrar en tiempos de tristeza. El había sido tantas cosas, y ahora era nada. Nada mas que un simple recuerdo, un sonido en el auricular del teléfono, que aún cuando intento levantar con la mayor rapidez posible, no contenía sonido alguno.
Jamás había sentido tanto dolor y vaya que se había accidentado. Recordó fácilmente aquella vez que de una caída, se partió el labio y se voló 2 dientes. O aquella vez que sin querer se quemó un brazo. Pero nada. Nunca antes había sentido eso. Con un torpe caminar llegó hasta su cama. Se sentó lentamente, como aturdida por un gran golpe. De esos golpes que se da la gente cuando es parte de un accidente
automovilístico. Pero ese choque debía haber sido tremendo.. el auto se debe haber comprimido por completo, porque se sentía aplastada. Dolorida, herida. Miró hacia las frazadas para cerciorarse de que no había sangre en ninguna parte. Porque sentía que sangraba, solo que no sabía por donde. El darse cuenta que no había tan solo un mancha en su cama la hizo sentirse aún peor.
Cuando por fin se encontró recostada y habiendo recuperado la conciencia después, de por lo menos, 5 minutos, se largó a llorar
de nuevo. Ésta vez no le importó si alguien escuchaba sus quejidos y sus lamentos. Solo lloró y lloró como si la vida se le fuera en ello. Y se le fue.
No pudiendo estar conforme con lo que había pasado, agarró con firmeza el su celular y llamó. Que estupidez mas grande. Nunca se había arrastrado por nadie y ésta sería... la primera y LA ÚLTIMA. Cuando cortó por segunda vez el teléfono hasta pudo escuchar como algo se rompía dentro de si. Una herida como esa tardaría años en sanar. Quizás jamás sanaría.
Siguió llorando hasta que pudo por fin conciliar el sueño.
Los días siguientes fueron una pesadilla. Tener que verlo y peor aún, verlo poder
sonreír.
Muchas veces quiso
gritarle - ¡Cómo puedes, como te atreves! ¡Eres un mentiroso!-.
Sus palabras, las de esos días, días anteriores, tiempos pasados, habían perdido por completo, su valor. No entendía como alguien, que se había jactado de su amor infinito e incondicional, había podido estar
mientiendole por tanto tiempo a la cara.
Mirarse al espejo era algo que dejó de hacer conforme pasaron los meses. Poco y nada le importaba su apariencia. Que importaba lucir bien si por dentro sentía como miles de gusanos carcomían sus entrañas y lentamente llegaban hasta las últimas capas de su existencia.

"Son recuerdos que quisiera bloquear, pero ahora solo sabe que lo ama. Lo ama con todo su ser."

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