sábado, 16 de noviembre de 2013

Mierda.

Estábamos parados frente a frente y dijiste, "A la mierda, que todo se vaya a la mierda. No me importa." 
Te miré un poco sorprendido y triste a la vez. Yo no quería eso, yo te quería por siempre. 
Me di la vuelta sin responder y pensé por un segundo que me seguirías, que eso que habías dicho era un gran mentira, que no era verdad y que no lo sentías; pero mientras seguía avanzando y ya a unos metros de distancia entre donde estábamos conversando y el lugar donde me encontraba parado, me di cuenta de que iba en serio. 
Entonces seguí y dejándote atrás me hundí en la más profunda de las penas, confundido como nunca antes y descubriendo que de verdad te amaba. 
Días atrás sentados en la banca que solíamos visitar y donde pasábamos horas mirándonos a los ojos, pensé que lo nuestro era real pero no verdadero, que si un día decidíamos terminar con ésto, no me dolería... que no sería el fin del mundo. Hoy, sin embargo, todo es diferente. Extraño más que nunca tus manos enredadas en mi pelo, tu sonrisa eterna al mirarme y tu mano en mi mejilla.

A la mierda, yo me fui a la mierda.

Uy, ando inspirada.

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